Crecí engañada...
- Gabriela Ibañez
- 22 mar 2018
- 7 Min. de lectura

...así es, durante aproximadamente 23 años crecí engañada. Paso a contarles parte de este proceso ocurrido en mi tierra natal y cómo descubrí que no era lo que yo pensaba.
Nací en un lugar llamado San Rafael, ubicado al sur de la provincia de Mendoza, Argentina. Cuando era niña no tomaba dimensiones de distancias, de magnitudes, de diferencias... una mantiene la lógica infantil de vivir el presente, de no comparar, de divertirse, comer, hacer amigxs, jugar y dormir. No hay otro tipo de preocupaciones ni de ocupaciones, hasta que en el espacio educativo escolar toda esa lógica comienza a desaparecer poco a poco... fue allí que escuché palabras como "urbano" y "rural", la ciudad y el campo, conceptos de fácil comprensión en su teoría...
Supuestamente yo era una niña urbana, pues no se ordeñaban vacas en mi casa, tampoco teníamos cultivos, teníamos alumbrado público, variedad de supermercados y almacenes en una distancia muy pequeña a la casa, comercios, hospitales públicos y privados, edificios y todo eso que conforma una ciudad. Perfecto, me dije, vivo en una ciudad.
Comprendí también, casi al mismo tiempo, que en mi familia eramos nómadas ya que cada 2 años aproximadamente nos mudábamos a un nuevo barrio, una nueva casa, las anécdotas son infinitas pero las dejaré para otro post. (Rápidamente me puedo ir por las ramas y la historia no terminaría nunca). Aproximadamente a los 12 o 13 años de edad me enfrenté al primer conflicto, todavía no me daba cuenta del engaño en su totalidad, conocí la capital de mi provincia denominada con el mismo nombre: Mendoza. Oh!!! sorpresa me llevé cuando fuimos al Shopping, o Centro Comercial según quién me lea,... casi muero de susto al subirme por primera vez a las escaleras mecánicas a las cuales aún hoy me cuesta quererlas y subirme con la confianza de que no me va a tragar los pies! Claro que aprendí a disimular un poco porque al parecer resulta "gracioso" para otrxs... luego fuimos a pasear a la Plaza Independencia, lugar que me provoca amor infinito por que era "mi patio" cuando finalmente me trasladé a vivir allí a mis 22 años... era enorme, esa era mi dimensión cuando fui la primera vez. Recorrimos la peatonal, algo que también era nuevo para mí, miramos vidrieras, habían más edificios y más personas, entonces sentí que mi ciudad era pequeña en comparación a esta, la respuesta que obtuve en mi búsqueda es que claramente era así pero que es una ciudad igual. Ok, nuevamente me dije, vivo en una ciudad.
No volví a cuestionarlo aunque, claramente en mi experiencia de irme a 240 kilómetros de donde nací, pasé por varias situaciones anecdóticas y de aprendizaje:
-Subirme al bus y querer pagar al chofer con monedas, sistema totalmente obsoleto, existía la "MendoBus" que luego fue la "Red Bus" y en la actualidad desconozco si cambió de nombre, una tarjeta que se pasa por un aparatito que hace "pip" y así se cobra. Se recarga, se le puede hacer el favor a la gente que no la tiene recibiéndole las monedas y pasando la tarjeta, etc. Logré obtenerla y experimentar otro viaje, subí implorando al universo no sentirme avergonzada y descubrir rápidamente por dónde se pasa... tirame un centro por favor! - pensaba hacia dentro... No sucedió, en evidencia otra vez mi ignorancia capitalina, alguien me ayudó y otrxs se reían mientras me sonrojaba una vez más jaja.
-Ir al almacén o kiosco del centro y que tu "buen día" carezca de importancia porque hay mucha gente y difícilmente se escuche.
-Llegar a la terminal de buses y que casi se vaya el que tenía que tomar por esperarlo en el lugar incorrecto y correr por las treinta y tantos estaciones para ver donde estaba el que necesitaba.
-Ir a la Universidad Nacional de Cuyo y perderme porque es enorme el campus y hay un montón de edificios correspondientes a distintas ramas: Arte, Medicina, Ingenierías, etc.
-Perderme cinco mil veces porque me equivoqué de bus, por suerte mi amiga Belén me socorría rápidamente, ella había llegado un año antes que yo y había nacido y crecido también en San Rafael. Me entendía!!!
-Desconocer a mis vecinxs en el edificio que vivía, parte de mi timidez y de esta cuestión de "no confíes en nadie".
Etc. Etc. Etc. Podría continuar con las situaciones pero mejor paso al momento del completo desengaño...
Viajé a Buenos Aires, la famosa capital de mi país, adrenalina pura era mi sentimiento. Mi hermano mayor vivía allí hacía varios años, pero nunca lograba juntar el dinero para ir a visitarlo, que no era poco, ya que la distancia es de 1.000 kilómetros (ahora se entiende por qué no pronuncio la "Y" como la "mayoría" de lxs Argentinxs??? digo, hablando de todo un poco che...).
Gracias a mi amada Murga Baldosas Flojas nos fuimos un febrero a carnavalear *. Todavía recuerdo ese viaje en autos de diferentes integrantes, como 18 horas tardamos. Más historias pendientes para contar... Llegamos a "LA CIUDAD DE LA FURIA" y ahí lo entendí todo. Existía un punto intermedio entre ser ciudad o ser campo, un equilibrio casi perfecto, yo no crecí jamás en una ciudad. Siempre viví en un PUEBLO... Crecí engañada, la ciudad es otra cosa. Buenos Aires la primera vez me cautivó, tan inmensa, tan distinta... luego de visitarla otras veces pude dimensionar mejor el ritmo acelerado, la lejanía de la naturaleza, la locura absoluta para mí. Otras grandes capitales confirmaron aún más toda esta perspectiva, la capital de Tucumán en Argentina, Lima en Perú, Ciudad de México ni qué decir me sentí una verdadera hormiga andando por allí, etc. Gran Mendoza incluso era pequeño comparado con estas ciudades "monstruos", imaginense San Rafael...
Por muchos años estuve enojada con mi pueblo, como todo engaño es difícil de sanar y procesar. El pueblo de mier..., eso sentí muchos años. Me la pasé cometiendo los clásicos momentos del despecho: enojo, frustración, negación, dolor, recaídas, nostalgias, confusiones y mucho más. Claro, a medida que crecía sentía que la sociedad era muy conservadora y no había espacio para quienes teníamos otros planes de vida, otros pensamientos. Me sentía juzgada, fuera de foco, mi plan no era el de la mayoría y por eso me fui pronto. En la capital mendocina me sentía algo extraviada pero a la vez bienvenida, todo salía bien para mí aún con lo complicado que fue iniciar mi vida allí. Con el tiempo descubrí que también su sociedad era conservadora, pero habíamos muchxs con pensamientos diferentes y objetivos menos estereotipados entonces no me sentía tan sola ni excluída, encontraba mi grupo de contención. Así pasé en esa dualidad por años, comparando estos dos lugares y provocando grandes enojos en mis familiares excepto mi hermano mayor que de seguro también pasó por los mismos procesos. La madurez cronológica y emocional me fue ayudando a reconciliarme con mis raíces, ellas no tenían culpa alguna de esto que viví como engaño. Me di cuenta que, como siempre, comparar es absurdo ya que se puede encontrar algo "mejor" o "peor", "superior" o "inferior" pero en algún momento de mi vida empecé a transitar mi propia sanación personal y con ello todo a mi alrededor sanó. Cambié las pirámides jerárquicas por círculos de igualdad, transformé los enojos en aceptación, los dolores en momentos que sirven, olvidé los modelos competitivos, recordé lo esencial de la vida...eso que recibí desde mis raíces: el amor.
Antes de iniciar mi gira latinoamericana, hace 2 años atrás, había logrado la paz con San Rafael, ya no estaba enojada, disfrutaba ir a visitar a mi familia, amaba profundamente andar en bici cada vez que iba, siempre ha sido el medio de transporte principal en mi pueblo y algo que siempre extrañé al marcharme porque hasta que no llegaron las ciclo-vías al Gran Mendoza era un peligro arriesgarse a transitar en dos ruedas, ya no estaba "engañada" pero hasta hace poco logré hacer la reflexión y el análisis de todo lo que me provocó este DESCUBRIR. Ahora cuando hablo de mi pueblo lo hago con una sonrisa y cuento con felicidad que donde crecí ¡No hay Shopping´s, no hay Supermercados de cadenas grandísimas con su centro comercial anexado, no hay cadenas de comidas de las más reconocidas hamburguesas, pollo frito o pizzas. No hay grandes edificios! y espero que nunca llegue nada de eso!!!
San Rafael tiene anchas veredas llenas de árboles, muchas bicicletas, pocos comercios, con suerte hay cine (una vez una amiga que fue a visitar San Rafael me contó que le devolvieron el dinero de la entrada al cine porque se habían vendido muy pocas jajaja), tiene paisajes maravillosos a muy pocos minutos del centro, el río Atuel, Valle Grande, Los Reyunos, Villa 25 de Mayo en otoño (el amor hecho paisaje), bodegas, siestas silenciosas y sagradas, patios con parrales de uva para sentarse a su sombra a tomar mates después de la siesta o la tardecita-noche o en las mañanas temprano, a cualquier hora es rico tomarse un mate a la sombra de la parra, se disfruta... y es todo eso lo que hace que la recuerde implorando que jamás crezca, que continúe con sus aires de ciudad y su complejo de costa, como dice un amigo jaja, que sigan los pocos bares y restaurantes, que sea el almacenero de toda la vida el que me atienda cuando voy a comprar, que aumenten las bicis y no los autos, que sea como siempre ha sido.
Al fin y al cabo no era el lugar lo que me causaba enojo, estaba enojada conmigo (casi siempre, en cualquier caso,es conmigo) por no apreciar las diferencias y aceptar cada lugar como es, por no darme cuenta que aunque me juzgaran yo no iba a cambiar y que te juzgan en cualquier parte y que de algún modo también estaba juzgando...

También estaba frustraba porque pretendía que todxs se fueran a conocer otros lugares, me irritaba que nadie tuviera ganas de irse de ahí, yo estaba enamorada de lo que encontraba. Hasta que entendí que no todxs buscamos lo mismo y que esos eran MIS deseos.
Disfruté de mis 22 años vividos en San Rafael y aunque no se si vuelva alguna vez a instalarme a mi tierra, ya no reniego, me he reconciliado suavemente con mis raíces, con el latido de mi sangre... Ahora vivo en Guápiles, Limón. Costa Rica. Es un pueblo también... ya lo tengo más claro: No fue un engaño fue un Despertar!
Soy pueblerina y vengo del CORAZÓN DE MENDOZA!!!
Gaby Ibañez - No estoy mala
*Murga: es dificil describirlo en palabras, aquí un par de videos. https://www.youtube.com/watch?v=v7b_ZSpHMmk&t=10s
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